KUBALA

A Demetrio Zapico Cabruñana le llamaban » orbayu», y es que, como el orpín, era muy desagradable.
Cuando nació su hijo su esposa se empeñó en llamarle Luis Alfredo. Demetrio no lo llevó, no podía, decía que era nombre de telenovela, y lo llamó Kubala.
-Maru, esti guaje ye amanerau, ¿habrá salido flor, ne?
-No, qué va, como todos los neños.
-«Cagun la leche» Maru, va danos un disgusto.
Poco a poco los gustos del niño se iban definiendo claramente . Hasta los 18 años que, con una beca de Amancio Ortega, marchó a París.
Se matriculó en la Ècole National de Haute Couture en la que obtuvo el Premio de la Sexagésima Promoción.
Inés De la Fresange, CEO de Llangreans Haute Couture, lo llama para el diseño de la colección Primavera-verano: triunfo total.
Maru llorando. Demetrio a lo suyo: «esti guaje tenía que haber hecho practicante, el mi primu Velino, que ye jefucu de UGT, enchufábalu en el Sanatorio Adaro».
Una semana más tarde, gran reportaje, dos páginas completas, en La Nueva España: «Asturiano triunfador en París».
-Maru, lo que yo te decía, Esti Kubala, ye un fenómeno, yo ya lo vi desde rapacín.

Cossío Rios

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