
Y envuelto entre dos mares me di cuenta que el arte era mi océano. Que dando dos pinceladas calmaba el agua de orbayu y que dando otras dos el océano me envolvía. Recuerdo el mar turbio y salado. Azul, verde y cristalino. Recuerdo la espuma que envolvía todo mi arte, entonces con otras dos pinceladas descubrí mi calma, mi turbia marea que separada entre dos mares reflejaba el verde y cristalino recuerdo de una tormenta que forzaba el cierre de aquellos dos mares para convertirse en mi océano, pacifico. Sin paz interior o sí? Sí, porque harto de dar pinceladas comencé a dar brochazos para tapar el surco que mi camino arrastraba sin darme cuenta. Un rastro de tonos fríos, turbios, cristalinos, translúcidos, pero… Pero no transparentes. Así era mi océano, espumoso y caprichoso. Con condiciones. Y condicionantes. Así era yo. Caprichoso, tímido y traslúcido. @elesconditedesikras |