PENSÁNDOTE

El orbayu me hacía pensarte.
Siempre te imaginé blanca por dentro, como la sal.
Blanca y deslumbrante. Como la espuma de las olas.
Deslumbrante y lejana. Como las estrellas.

Bastaba un parpadeo y alerta se ponían mis sentidos
para adivinarte entre el helado aliento de la niebla,
como humo blanco,
igual que los vestidos de las novias.

Segura, sin rival, inalterable….

Fría en tu silencio de piel clara,
como la nieve,
silenciosa,
suave,
helada…

Pero llena. Llena de luz.
Como la luna en las noches de invierno,
igual que la promesa de un corazón de mármol.

Mujer al fín.
Como las rosas blancas.
Sin conciencia de herir…. pero con armas.

Claire Alicia

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